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«Encerrarme en un aula con 25 alumnos es mi pasión»

«Encerrarme en un aula con 25 alumnos es mi pasión»

Hace 23 años que se jubiló, pero cada día, a sus 90 años, acude a dar clases al colegio que lleva su nombre

ALICIA NEGRE/MURCIA, La verdad

El pasado 9 de marzo José Castaño cumplió 90 años  y, con tal motivo, recibió un homenaje por todo lo alto en el colegio que lleva su nombre y al que aún acude todos los días para dar clases. Profesor de vocación, fue retirado de su profesión durante 36 años en represalia por su participación en el bando republicano durante la Guerra Civil. Hoy, cuando ya han transcurrido 23 años desde su jubilación, aún sigue disfrutando colocándose delante de una pizarra. Es la voz de la experiencia.

- ¿La educación es su vocación?

- Totalmente. Entiendo que cualquier profesión que no se ejerza con vocación debe de ser dura. Para mí encerrarme en una clase con 25 niños es mi pasión.

- ¿Dar clase es a día de hoy una profesión de riesgo?

- No lo creas. Los niños de ahora son muchos más sinceros. El problema es que antes hacíamos muchas más cosas pero no queremos acordarnos. La cuestión estriba en que, si haces tu trabajo sin cariño, los alumnos lo captan. Hay mucha diferencia entre decir 'ya son las once' a 'todavía son las once'.

- ¿Cómo se enfrenta un casi nonagenario a una clase de jóvenes de ahora?

- Les hago ver porqué están mal algunas cosas de las que hacen, pero no les digo que es porque yo así lo piense, ya que eso no es un argumento para nadie y menos para un joven.

- Cuénteme alguna anécdota...

- Recuerdo que una vez me paró una mujer en el centro de Murcia y me dijo que había sido mi alumna. Debía de tener cerca de 70 años. Entonces recordé que le di clase cuando yo sólo tenía 20 años. El problema es que le pregunté cómo me había reconocido y me contestó: «Si está usted igual que antes». En ese momento pensé que ya entonces debía de estar hecho una birria de joven.

- ¿Ha tenido en su vida a alguien a quien considere su maestro?

- Sí, en Ceuta. Un maestro que me enseñó a amar las matemáticas. Luego, curiosamente, comencé dando clases de Lenguaje y le cogí el gusto. Cuanto más se conoce una materia, más cariño se le coge y más cuenta se da uno de lo poco que sabe.

- ¿La lección más importante que ha extraído de todos estos años de profesión?

- Si se hace con pasión, los niños todos los días te enseñan algo.

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